viernes, 19 de diciembre de 2014

¿Por qué mi vecino deja caer monedas? ¿Por qué mi vecino tira canicaaaas? ¿Cuál es su problema?

¿Por qué mi vecino deja caer monedas?
¿Por qué mi vecino tira canicaaaas?

Estas descansado tranquilamente o ya estás durmiendo, de pronto escuchas como una docena de canicas rueda el piso de arriba. A veces en vez de canicas son monedas ¿Por qué el vecin@ hace eso? ¿Qué le pasa? ¿Cuál es su problema?
Hay una explicación científica para este fenómeno.



Ese sonido metálico procede de algo que está emparedado entre tu casa y la del vecino. Son las tuberías que, por efecto de la presión, producen este ruido curioso y que la física ha bautizado como "golpe de ariete" o "pulso de Zhukowski".

De acuerdo con ABC.es, el proceso es el siguiente: el agua avanza por las cañerías y, cuando es desacelerada rápidamente (al cerrar una válvula. Por ejemplo, una lavadora que deja de coger agua) la energía se concentra y causa un pico de presión de entre cuatro y ocho veces más que con el caudal normal.




Lo que ocurre es que, al cerrar la válvula, el líquido sigue desplazándose hacia la salida ya cerrada, y se genera un vacío detrás.

Así, al chocar contra el cierre, las moléculas de agua se desplazan de forma violenta hacia atrás y el aire contenido se expande hacia los bordes de la tubería, en dirección contraria a la presión, y provocan el temblor de las cañerías que genera ese sonido peculiar.

Las sacudidas (hacia adelante y hacia atrás) van perdiendo fuerza (al disiparse la energía). Esta pérdida de "potencia" del ariete equivaldría a los botes que la canica del vecino rebota sobre su suelo.

Hay un elemento importante en este proceso. El martillo hidráulico, que se encarga de elevar el agua hacia los pisos superiores. Es también lo que hace que esta pequeña broma de las canicas sea peligrosa en verano. En estas fechas es habitual que revienten tuberías porque, al haber menos gente viviendo en las casas, la presión de las cañerías es mayor y el extra que genera un «golpe de ariete» puede acabar en desastre.


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